Llegamos al cuarto y último capítulo , en esta ocasión os damos consejos para la conducción con niebla.
Una vez hemos hablado de los vientos fuertes, las lluvias extremas y el hielo y la nieve, vamos a hablar de la conducción con niebla. Es cierto que se trata de un fenómeno que por lo general nos encontramos en otoño e invierno, pero hay que tener en cuenta que cuando nos topemos con ella nuestra visibilidad y la de las personas que nos rodean se verá muy reducida.
Luces lo más importante
Las luces nos ayudaran a poder ver la carretera, a saber por dónde circulamos y también permitirá que el resto de los vehículos que hay en la vía nos vean a nosotros. Hay que tener en cuenta que no todas las luces valen, me explico, cuanto menor es la visibilidad tendemos a encender las luces de largo alcance. Esto es un error, ya que las pequeñas gotas de agua que forman niebla harán que rebote el haz de luz y este puede llegar a cegarnos temporalmente. La mayoría de los automóviles llevan luces antiniebla que se sitúan en la parte inferior del coche, que emiten la luz paralela al suelo lo cual nos permite aumentar un poco el campo de visión. En caso de que no contemos con esta luz en nuestro coche podemos regular la altura de las luces de corto alcance o cruce, para tratar de ver con mayor claridad.
No corras
Ya lo hemos comentado en otros capítulos, debemos ajustar la velocidad de nuestro vehículo a las condiciones de la vía. Teniendo en cuenta que la visibilidad con la niebla disminuye notablemente, reduciremos la velocidad de nuestro coche y nos situaremos en el carril derecho. Evitaremos adelantar en medida de lo posible, de esta forma nos ahorraremos posibles sustos. Además habrá que aumentar la distancia de seguridad con los coches, de esta manera habrá un mayor tiempo de reacción en caso de que se dé algún imprevisto en la carretera.
Cuidado al frenar
Cuando accionemos el pedal de freno de nuestro automóvil debemos hacerlo con precaución. Anteriormente hemos mencionado que la niebla está compuesta por pequeñas gotitas de agua que pueden hacer que el asfalto sea más deslizante. Podemos avisar también al coche que se encuentra detrás de nosotros de donde nos encontramos y que es probable que reduzcamos la velocidad dando pequeños toques al pedal.
Recordamos que la prisa no es buena compañera y que es preferible llegar un poco más tarde a nuestro punto de destino que tener un percance. Por favor cuando os encontréis ante cualquiera de las situaciones que hemos tratado en estos artículos recordad adecuar la velocidad y tener el mayor control de lo que pasa dentro y fuera del vehículo.
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