Estamos ante uno de esos coches que, aunque lo intentes, no puedes dejar de mirar. Una bestia de imagen agresiva que va girando cuellos allí por donde pasa. Un automóvil pasional y exagerado se mire por donde se mire. De esas máquinas que, en esta época de cambios que estamos viviendo en el sector de la automoción, no será fácil que tengan continuidad en el tiempo. Y lo digo por esas prestaciones fuera de lugar y esos consumos que no se ajustan a lo que lo políticamente correcto demanda en estos momentos. Ojalá me equivoque y la gama GT-R de Nissan siga en el catálogo de la marca muchos más años.

Los Nissan GT-R llevan vendiéndose en España desde hace ya más de una década. Y desde esa lejana fecha ha ido cultivando una enorme cantidad de seguidores que hace que estemos ante un coche que no necesita presentación. Una legión de seguidores entre los que se encuentran multitud de adolescentes. Todo gracias al paso de este modelo por las juegos de mayor éxito en el mundo de los simuladores de conducción.
El modelo que hemos probado se coloca en la escala intermedia de la oferta del Nissan GT-R. Es decir, está por encima de la versión estándar de acceso a la gama, que ya en sí es una buena bestia. Y por debajo del todopoderoso e inalcanzable para muchos Nissan GT-R NISMO. Su nombre es Nissan GT-R Track Edition, un nombre ya bastante sugerente para hacerte una idea de lo que ofrece.

Su chasis está puesto a punto por la división de competición de la marca, NISMO (acrónimo de Nissan Motorsport). Han trabajado sobre la carrocería para lograr un chasis más rígido que ofrece una resistencia torsional a prueba de circuito. Además el especialista Bilstein se ha encargado de trabajar sobre el sistema de suspensión. Una amortiguación que dispone de regulación electrónica en tres posiciones Confort, Normal y R. Todas ellas son diferentes grados de una firmeza importante que hace que no te olvides en ningún momento en que tipo de coche estás subido. Con ellos llegará a tu culo cada imperfección del asfalto.

Una dureza de suspensión que agradecerás cuando se trate de sacarle todo el partido al pedazo de motor que esconde su largo capó. Estamos hablando de un bloque de seis cilindros en V con una cilindrada de 3,8 litros con tecnología biturbo. Un cocktail que tiene como resultado una cifra de potencia sonrojante, 570 caballos. Una energía que llega a las cuatro ruedas, sí, es tracción total, gracias a una caja de cambios automática de doble embrague con seis relaciones.
Como os podéis imaginar las prestaciones de este Nissan GT-R Track Edition son de otro planeta. Y es que nos ofrece una velocidad máxima de 315 km/h!!! Sí, habéis oído bien. Con una aceleración desde parado hasta los cien kilómetros por hora de solamente 2,8 segundos. Todo gracias a su enorme potencia, a su capacidad de pegarse al asfalto al abrirle el gas y a un par brutal de 637 Nm entre 3.300 y 5.800 revoluciones.

Obviamente la cara que se te queda cuando tratas de estrujar todo el potencial de esta bestia es de absoluta incredulidad. Hemos de apuntar que no hemos llegado ni de lejos a los límites que impone su impecable puesta a punto. Y es que no entramos en circuito con él, lugar donde podríamos haberlo hecho. En carreteras de montaña su guiado es muy preciso y se muestra más ágil de lo que te esperas de un coche con 1.820 kilos de peso y casi 4,8 metros de longitud. El grip es brutal gracias a su tracción total y a unos enormes rodillos de veinte pulgadas con neumáticos de altas prestaciones del fabricante inglés Dunlop.

Las órdenes que recibe el volante llegan con precisión a la carretera y, casi sin darnos cuenta, estamos rodando a un ritmo peligroso. No cabe sino decir que la aceleración hace que el tiempo que transcurre entre una curva y otra se diluye con unas aceleraciones que meten miedo. Además, una vez llegamos al siguiente giro contamos con la ayuda de un equipo de frenos de primer nivel. Esto es unos discos delanteros de 390 mm (380 en el eje posterior) que reciben los mismos conductos de refrigeración que su hermano el NISMO para asegurarnos su perfecta temperatura de funcionamiento. Equipo de frenado realizado en fibra de carbono.
Estéticamente su imagen es brutal y no pasa desapercibido para nadie. Como anécdota debemos apuntar que durante la semana de pruebas que lo utilizamos fueron múltiples las veces que nos apremiaron para hacerse fotos junto al Godzilla rojo. Imagen reforzada por un frontal específico más ancho y unas llantas de aluminio forjado de seis radios y veinte pulgadas. La parte trasera es absolutamente brutal con un alerón de fibra de carbono de dimensiones gigantes y el típico esquema de luces de la gama GT-R. Carbono que también encontramos en elementos como la tapa del maletero.

Su interior está presidido y monopolizado por unos asientos V-Spec de Recaro de tipo baquet rematados en fibra de carbono y cuero negro. Dos banquetas impresionantes que son tan cómodos como envolventes pero por los que debemos pagar un sobreprecio de 7.650 euros. Ahí es nada… Por lo demás su habitáculo es amplio y está lleno de detalles deportivos como la abundancia de piezas acabadas en carbono y los remates en color rojo. Su cuadro de instrumentos está pensado para ofrecer la mayor información posible al conductor haciendo hincapié en los aspectos más deportivos. Es por ello que el cuentavueltas es de mayor tamaño.

Por lo que respecta al precio se sitúa, como es lógico, en el medio de la gama. Una gama que empieza en los 108.050 euros de la versión base y que llega hasta los 185.000 del todopoderoso NISMO. Por eso nuestro protagonista de estas líneas se situa en los 126.090 de la variante Track Edition. Quizás el más equilibrado si tenemos en cuenta el equilibrio entre precio y equipamiento.





