Con este Toyota GR Yaris la marca japonesa pone un coche de competición a disposición de sus clientes
Toyota GR Yaris un auténtico carreras-cliente. La grandeza de una marca no se mide por la capacidad de remar en una dirección con éxito. Si no por la facilidad para ofrecer productos absolutamente distintos y capaces para conductores que tienen necesidades completamente opuestas. Y más un mercado tan diverso y complejo como el de los últimos años.
Por eso Toyota es una de las marcas más poderosas del mundo. Su catálogo nos descubre esa grandeza con modelos tan dispares como el todo terreno por excelencia, el Toyota Land Cruiser, que ya cumple 70 años a la vanguardia del 4×4. Por no hablar de sus múltiples variantes híbridas en el mercado desde hace más de 20 años. ¿Pila de hidrógeno? Pues el Toyota Mirai, aquí un podcast con todos sus secretos, es el único que se vende en España.
Pero la marca japonesa tampoco hace ascos a la creación de automóviles deportivos gracias a su constante experiencia derivada de la competición. Lo último que habíamos probado era el Toyota GR Supra fruto de una colaboración con BMW y su Z4. Un biplaza potente, rápido y con formas espectaculares.

Toyota GR Yaris de la competición a la calle
Pero el coche que nos ocupa hoy marcará un momento especial para siempre en la historia de la marca. Y es que el Toyota GR Yaris es una auténtica máquina de carreras. Pensada, desarrollada y construida como un coche de competición. No en vano su llegada al mercado tiene mucho que ver con la necesidad de homologar los futuros coche de rallyes nipones. No olvidemos que Toyota en su etapa reciente lleva en el WRC desde 2014.
Por otra parte el Toyota GR Yaris es un proyecto casi podríamos decir que personal del presidente de la compañía Akío Toyoda. Harto de ver como su marca había caído en el aburrimiento por el camino de la practicidad. Coches fiables, funcionales, útiles pero carentes de espíritu para conquistar el corazón de los aficionados a la automoción.
Pero vamos a empezar a desgranar lo que ofrece este pequeño deportivo. Lo primero que llama la atención es que de Yaris tiene muy poco. Con él apenas comparte los retrovisores o los faros delanteros. De echo este GR Yaris es un compacto de tres puertas mientras que el modelo convencional sólo se comercializa con carrocería de cinco puertas.

Pequeño en dimensiones pero grande en prestaciones
Mide 3,99 metros de longitud por 1,80 de ancho y 1,46 de largo. Un coche que en cifras es recogido pero que si lo analizamos es más largo, ancho y bajo que un Yaris normal. Su diseño es espectacular con un paragolpes delantero enorme con una rejilla que deja entrever el enorme radiador, entradas de aire para refrigerar los frenos, aletas brutalmente ensanchadas… No pasarás desapercibido en absoluto.
En su zaga ocurre más de lo mismo. Tiene un culo ancho y alto con un paragolpes trasero con líneas muy marcadas. Dispone de dos enormes salidas de escape con forma ovalada y un pequeño alerón en el techo que remata este atractivo conjunto. En cuanto al tren de rodaje monta de serie llanta 18 en medida 225/40.
Por dentro cambia algo la percepción de este GR Yaris y es quizás la zona más discreta de todo el conjunto. Aquí es donde más se parece al resto de sus hermanos con los que, aquí si, comparte elementos. El salpicadero está presidido por una pantalla táctil de ocho pulgadas compatible con Apple y con Android, el cuadro de instrumentos es completo pero sencillo, y el negro con costuras rojas se cuela en muchos de sus elementos.

Contrasta lo agresivo de su diseño exterior con la discreción del habitáculo
Si nos han gustado sus asientos que son nuevos y exclusivos del GR Yaris. Como no podía ser de otra forma son del tipo baquet y más confortables de lo que pudieras pensar al verlos a simple vista. No nos ha gustado que su posición más baja sigue siendo algo alta para una conducción deportiva en la que cuanto más cerca del suelo esté el culo del conductor antes llega la información de lo que pasa bajo nuestras ruedas.
Aunque seguramente no sea el aspecto que más le importe a los potenciales compradores de un GR Yaris no podemos dejar de decir que sus plazas traseras son angostas y poco utilizables más allá de trayectos cortos y para tallas no demasiado altas o niños. De maletero tampoco puede presumir pues apenas es una enorme guantera de 174 litros de capacidad.
Ahora sí vamos a entrar en materia y a comprobar lo que esconde su capó. Estamos hablando de una mecánica tricilíndrica, ¡como han cambiado los tiempos!, con turbo y 1,6 litros de cilindrada. Imaginaros 160 cv/litro eroga seguramente el tres cilindros más potente conocido hasta el momento.

261 caballos, tres cilindros y una tracción total Made in Toyota
Con todo esto ofrece una potencia de 261 caballos y un buen par de 360 Nm. Una mecánica llena de tecnología con culata deportiva, pistones aligerados, inyección doble y un turbo contundente. Increíble la patada del GR Yaris desde apenas las 3.000 rpm hasta las 7.000.
Una mecánica que pesa apenas algo más de cien kilos y es capaz de llevar desde parado a los 100 km/h a este pequeño pepino en apenas 5,5 segundos. Su velocidad máxima han decidido que esté limitada a los 230 km/h.
La caja de cambios es siempre manual de seis velocidades. Una delicia utilizarla por lo bien situada que está su palanca, por unos recorridos muy pequeños pero muy fáciles de encontrar y por como nos facilita el trabajo realizando ella sola el punta tacón a la hora de reducir «hierros» en una frenada.
Pero todo lo que os acabo de contar no sirve de absolutamente nada sin una buena capacidad de transmitir toda esa rabia al suelo. Y esto se consigue con el sistema de tracción total GR-FOUR construido específicamente para este modelo por la marca japonesa. Se ofrece con tres modos de conducción que van desde Normal (con un reparto de 60/40), Sport (30/70) y Track (50/50). Si todo esto no te ha parecido suficiente sigue leyendo…

Es imperdonable no pedirlo equipado con el Circuit Pack
Pues sí, además de todo el arsenal que ya hemos descrito tenemos la oportunidad de pedir nuestro GR Yaris con el Circuit Pack (aunque más acertado sería haberlo llamado Rallye Pack). Con él ganamos los diferenciales de deslizamiento limitado tipo Torsen tanto en el eje delantero como en el trasero, llantas menos pesadas, pinzas de freno en rojo. Todo ello con un sobre coste de 5.000€ sobre los 32.900 de la tarifa de serie.
Su esquema de suspensión responde a un estilo McPherson en el eje delantero para decantarse por un multibrazo en el trasero. Una fórmula más que probada y con grandes ventajas a la hora de buscar el set up más adecuado a según que condiciones. Para parar esta pequeña bala nipona tenemos cuatro discos ventilados de 356 mm delante y 299 detrás. Con pinzas de cuatro y dos pistones respectivamente. Su dirección es muy directa con poco más de dos vueltas de volante.
A sus mandos llama la atención lo elástico de su motor que parece no querer acabarse nunca mientras se va tragando sin rechistar las seis velocidades de su caja de cambios. En ese momento sólo echamos en falta un sonido más contundente y acorde con las sensaciones que estamos viviendo. Aunque rápido encontraremos opciones aftermarket sin ninguna duda.

Su paso por curva es muchísimo más elevado de lo que la prudencia y las condiciones de la carretera nos permiten probar. Un coche fácil a ritmo elevado que te da enseguida la confianza suficiente para querer frenar un poquito más tarde y tratar de acelerar antes. Destaca por una motricidad impecable que, al menos en seco, te saca de cualquier apuro si estamos apuntando con el volante donde queremos ir.
Sin duda estamos antes un auténtico purasangre pensado para la máxima efectividad en carretera. Un coche construido descafeinando los coches del WRC de la marca japonesa que ha ido tratando de llevar a la calle una tecnología que la ha hecho Campeona del Mundo de Rallyes.