En los tiempos que corren hablar de Toyota supone hacerlo del fabricante de referencia entre los entusiastas de la tecnología híbrida. Un modelo de negocio del que fue pionera cuando en 1997 nos presentó aquel proyecto, locura para algunos, denominado Prius. Pero el tiempo le ha ido dando la razón y ahora vemos nuestras ciudades plagadas de sus coches respetuosos con el medio ambiente.

Aunque aquí no se acaba la tecnología de la marca japonesa. Y es que el modelo que nos ocupa hoy es ya un icono dentro de su gama. Estamos hablando del todopoderoso Land Cruiser. Una denominación que vinos nacer en un ya lejano 1954 y que, generación tras generación, ha llegado hasta nuestros día con excelente salud.

Nació el siglo pasado como un referente dentro de lo que tenía que ser un vehículo de claro enfoque off road y ha llegado hasta nuestros días evolucionando para ser, sin dejar sus aptitudes fuera del asfalto, un todoterreno con un excelente comportamiento en carretera.

Pese a ello podemos calificarlo como de un auténtico especialista fuera del asfalto. De los que todos recordamos con la palanca de la reductora “pequeñita”, su tracción integral y la posibilidad de trabajar sobre el bloqueo de sus diferenciales. En esta nueva generación mejora en múltiples aspectos pero siempre asentándose sobre la base de la personalidad que conocíamos hasta ahora.

Estéticamente hay que fijarse para darnos cuentas de sus cambios. Entre ellos están sus nuevos paragolpes que ahora reciben una forma más “hacia arriba” para llevar mejor los pasos más complicados. Además ahora sus antinieblas quedan también más protegidos. Inédita también es su parrilla frontal que sigue siendo de grandes dimensiones, con el logotipo de la marca en el centro y flanqueada por dos enormes grupos ópticos. Se incorpora a sus opciones también unos nuevos diseños de llantas de aleación que pueden ser de 17, de 18 o, incluso, de 19 pulgadas.
Con todos estos cambios, sus medidas han variado ligeramente con respecto al modelo anterior. Por eso ahora resulta algo más largo alcanzando los 4,84 metros de longitud en su versión de cinco puertas -6 centímetros más que el modelo anterior-.

Por dentro los cambios tampoco se han hecho esperar. De hecho incorpora un salpicadero completamente diferente que también distribuye la información de diferente manera. Así mismo la pantalla multimedia de la que dispone ha crecido hasta las 8 pulgadas de tamaño. Eso sí la sensación interior resulta de gran calidad combinando en todos sus rincones materiales de aspecto agradable y sensación real de durabilidad.

En su espacio interior tampoco se han producido cambios. Por lo que cuando abrimos la puerta y nos introducimos en su habitáculo seguimos teniendo esa sensación de amplitud y espacio que siempre ha caracterizado al Land Cruiser. Aunque habría que aclarar que no se trata de una sensación si no de una realidad más que contrastada.

En otro orden de cosas, sigue estando construido sobre una base de chasis de largueros y travesaños. Sin duda la opción más idónea para un vehículo de estas características. Con ello se le dota al conjunto de resistencia, robustez y durabilidad. Todo ello características que aprovecharemos en su uso más extremo por el campo.

En la parte mecánica no se ha variado en absoluto. Y es que el motor sigue siendo el 2.8 D-4D de 177 caballos que ya conocíamos de versiones anteriores. Un bloque robusto de cuatro cilindros en línea con un excelente par de 420 Nm a apenas 1.400 rpm. Una cifra que nos ayudará siempre, pero sobre todo en conducción off road cuando tengamos que sobrepasar algún obstáculo a baja velocidad.

Es fácil que algunos estéis pensando que la cifra de potencia se queda algo escasa. Y en cierta forma tenéis razón. Lógicamente no le podemos pedir al nuevo Land Cruiser aceleraciones fulgurantes ni recuperaciones con el cronómetro en la mano. Pero si que mantiene cruceros algo más que legales con cierta solvencia aunque debemos de trata de jugar con las inercias adquiridas y no parar demasiado el conjunto para avanzar con premura. Digamos que en carretera es un abnegado cumplidor que se suelta la melena cuando llega a las zonas embarradas.

¿Por qué digo esto? Pues porque en el campo no hay obstáculo que se le resista. Y esto pasa porque disfruta de un sistema de tracción total permanente y de una reductora de las de toda la vida… Pero por si esto no fuera suficiente cuenta también con dos diferenciales con bloqueo –central y trasero-. Un diferencial trasero que se encarga el solito de todo el trabajo sin que tengamos que accionar ningún mando.

De todos modos aun no hemos acabado con el equipamiento que tiene el nuevo Land Cruiser a la hora de enfrentarse a las dificultades camperas. Puesto que debemos añadir que dispone de un eficaz eje rígido trasero y un utilísimo control de descensos.

Pero además la versión de las fotos –acabado VXL- disfruta de la tecnología Crawl Control y del sistema Multi Terrain System. El primero actúa sobre el acelerador y sobre los frenos y nos deja subir y bajar fuertes pendientes sin perder tracción y haciéndonos cargo únicamente del volante. El segundo modifica el funcionamiento del motor, caja de cambios y las ayudas electrónicas según el terreno que vayamos a pisar pudiéndose configurar en modo Mud and Sand –tierra y barro-, Loose Rock –piedras sueltas-, Mogul –mogol- Rock and Dirt –roca y tierra- y Rock –piedras-.

Además desde su interior tendremos una completa visión de lo que sucede a nuestro alrededor gracias a un eficaz sistema de cámaras. Pero es más estás cámaras también lograrán enseñarnos lo que sucede debajo de nuestro coche. Y lo hace de una manera muy curiosa e inteligente. Para evitar exponer una cámara en los bajos del Land Cruiser, utiliza la que tenemos en la parte delantera del mismo y reproduce lo captado unos segundos más tarde.

Por otra parte en nuestro vehículo de pruebas teníamos la ventaja de contar con una suspensión que incluye unos muelles neumáticos en el eje trasero y unos amortiguadores controlados electrónicamente que podemos modificar en varias posiciones. Con ella por carretera circula con total suavidad y evitando molestos balanceos de carrocería.

Su caja de cambios es automática por convertidor de par y pone a nuestro servicio un total de seis relaciones. Eso sí, aunque pone a nuestro servicio la posibilidad de accionar el cambio de manera manual si le exigimos potencia con un golpe acusado de acelerador el sistema se encarga de engranar una relación más en lugar de llegar al corte de encendido.

De lo que no nos podremos quejar en ningún caso es de la dotación tecnológica que incorpora. En cuanto a sistemas de ayuda a la conducción el nuevo Land Cruiser se encarga de avisarnos de lo radares, de reconocer e informarnos sobre las señales de tráfico que nos afectan, de señalizarnos cuando estamos saliéndonos del carril… Por si esto fuera poco, su sistema multimedia nos ayuda encargándose de sincronizar nuestro teléfono móvil independientemente de si es de tecnología android o ios.

¿Y el precio?Pues puede parecer mucho o puede parecer poco pero está claro que los 70.000 euros que cuesta se ven reflejados en todos los componentes y sistemas que os hemos ido contando en esta prueba. Además con el añadido de saber que estamos ante un vehículo duro, resistente y que, conforme vaya pasando el tiempo, no perderá tanto el valor inicial pues su depreciación no es tan acusada como la de otros modelos de la competencia.
